top of page

QUE CREEMOS

Creemos en toda la Biblia desde Genesis a Apocalipsis!

DIOS PADRE - Eterno, Creador

Creemos en un solo Dios, que existe eternamente en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Creemos que Dios, no solo creó el mundo visible e invisible, sino que también sostiene, gobierna y dirige por medio de Su Palabra todo lo que existe. (Dt 6:4; Is 43:10-11; Mt 28:19).

JESÚS, EL HIJO DE DIOS - Salvador, Resucitado, Volverá

Creemos que Jesucristo, es el eterno Hijo de Dios. Es Dios encarnado, completamente Dios y completamente Hombre. La Escritura declara que fue concebido por el Espíritu Santo, nació de una virgen (Mt 1:23; Lc 1:31,35), vivió una vida de perfecta obediencia al Padre, vivió sin pecado (Heb 7:26; 1 Pe 2:22), realizo milagros (Hch 2:22; 10:38) y se ofreció a sí mismo como sacrificio por toda la humanidad. En la cruz, actuó como nuestro representante y sustituto (1 Co 15:3; 2 Co 5:21), por Su sangre derramada, obtuvo para nosotros redención eterna, el perdón de pecados y vida eterna, reconciliando con Él a todos los que creen. Creemos en Su resurrección corporal de la muerte (Mt 28:6; Lc 24:39; 1 Co 15:4), venciendo el poder de la muerte, que ascendió a la diestra del Padre (Hch 1:9, 11), fue exaltado por Dios (Hch 2:33; 5:31; Fil 2:9-11; Heb 1:3) y regresará a la tierra para reinar y gobernar con su justicia. (Dn 7:13-14; Ap.11:15, 19:15).

El hombre fue creado bueno y recto, porque Dios dijo: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza”. Pero el hombre, por su transgresión voluntaria, cayó, y su única esperanza de redención está en Jesucristo, el Hijo de Dios (Génesis 1:26-31: 3:1-7; Romanos 5:12-21).

La única esperanza de redención del hombre es a través de la sangre derramada de Jesucristo, el Hijo de Dios. La salvación se recibe a través del arrepentimiento hacia Dios y la fe en el Señor Jesucristo. Por el lavamiento de la regeneración y la renovación en el Espíritu Santo, siendo justificado por la gracia por medio de la fe, el hombre llega a ser heredero de Dios, según la esperanza de la vida eterna (Lc 24:47; Jn 3:3; Rom 10:13-15 ; Ef 2:8; Ti 2:11; 3:5-7). La evidencia interna de la salvación es el testimonio directo del Espíritu (Rom 8:16). La evidencia externa para todos los hombres es una vida de justicia y verdadera santidad (Ef 4:24; Ti 2:12).

ESPÍRITU SANTO - CO-IGUAL, CO-ETERNO, CO-EXISTENTE

El Espíritu Santo es la tercera persona de la Deidad. Él es co-igual, co-eterno y coexistente con el Padre y con el Hijo. Su ministerio sobre la tierra es convencer y revelar a Jesucristo, así como ser el gran paracleto (consolador, consejero, ayudador, intercesor, abogado, fortalecedor y apoyo) de la Iglesia. Gracias a Su obra, los creyentes son santificados, adoptados en la familia de Dios y participan de la naturaleza divina recibiendo los dones que Él distribuye soberanamente. El bautismo del Espíritu Santo y Fuego es un regalo de Dios como lo prometió el Señor Jesús a todos los creyentes y es distinto de la experiencia del Nuevo Nacimiento. Con Él viene la investidura de poder para la vida y el servicio, la concesión de los dones y sus usos en la obra del ministerio (Lc 24:29; Hch 1:4; 1:8; 1 Co12:1-31). El Bautismo del Espíritu Santo está destinado a capacitar al creyente para que sea un testigo de Jesucristo mediante la predicación y demostración del Evangelio Eterno. Los dones del Espíritu Santo también son evidencia de esta experiencia. Mientras que hay un bautismo inicial, hay muchas llenuras posteriores del Espíritu. El propósito final del Bautismo del Espíritu Santo es que nosotros, los creyentes, tengamos poder para ser testigos (Mt 3:11; Jn 14:16-17; Hch 1:8; Hch 2).

BIBLIA

La Biblia es la Palabra de Dios inspirada, una revelación de Dios a la humanidad, la medida infalible de fe y de conducta. La Biblia es la autoridad final para todo lo que creemos y define como hemos de vivir.

BAUTISMO

El Señor Jesucristo, Cabeza de la Iglesia, estableció dos ordenanzas a seguir por la Iglesia: el bautismo en agua y la comunión. El bautismo en agua, por inmersión total, es un mandamiento directo de nuestro Señor. Es para todos los creyentes. Este santo momento identifica al creyente con Jesús en Su muerte, sepultura y resurrección (MT 28:19; Hch 10:47-48; Rom 6:4; Hch 20:21; Heb 10:22).

COMUNIÓN

La ordenanza de la Comunión es también un mandamiento del Señor Jesús que debe recibirse constantemente hasta Su regreso. Solo los creyentes pueden venir a la Mesa del Señor, que consiste en el pan y la copa. El pan – Su cuerpo, que fue partido por nosotros. La copa – Su sangre que fue derramada por nosotros. Ambos elementos son testigos del Nuevo Pacto que ahora disfrutan los creyentes mientras declaran proféticamente Su pronto regreso (2 Pe 1:4; 1 Co 11:26).

SANTIFICACIÓN

La Escritura enseña que sin santidad nadie puede ver al Señor (Mt 5:8; Heb 12:14). Creemos en la Santificación como una obra de gracia definitiva pero progresiva, que comienza en el momento de la regeneración y continúa hasta la consumación de la salvación con el regreso de Cristo. (I Ts 5:23; 1 Co 1:30; 2 Co3:18; Fil 3:12-14).

IGLESIA

La iglesia es el cuerpo de Cristo, la habitación de Dios por medio del Espíritu con designaciones divinas para el cumplimiento de la gran comisión. Cada creyente, nacido del Espíritu, es parte integral de la iglesia de los primogénitos, que están inscritos en los cielos (Ef 1:22-23; 2:22; Heb 12:33).

Nuestro Señor ha provisto un ministerio divinamente llamado y ordenado por las Escrituras con el triple propósito de guiar a la Iglesia en: La evangelización del mundo (Mr 16:15-20); adoración a Dios (Jn 4:23,24), y edificación del cuerpo de Cristo (Ef 4:11-16).

SANIDAD, MILAGROS Y MARAVILLAS

La liberación de la enfermedad está prevista en la expiación y es el privilegio de todos los creyentes (Is 53:4-5; Mt 8:16-17). Los milagros, señales y maravillas es una manera de obrar del Espíritu Santo que nos revelan que Él es amor, todopoderoso y que tiene cuidado de nosotros (Mr 6:2; 16:17-20; Jn 3:2; 20:30; Hch 4:30; 8:13; 19:11; Heb 2:4).

RESURRECCIÓN

La resurrección de los que durmieron en Cristo y de aquellos que mueran hasta que Él venga, es una esperanza de la iglesia (1 Tesalonicenses 4:13-18).

PROMESAS

La revelación del Señor Jesucristo desde el cielo, la salvación de la nación de Israel y el reinado milenial de Cristo en la tierra es la promesa bíblica y la esperanza del mundo (Tito 2:13; Ap 1:7; 19:11-14; Rom 11:1-2, 12, 17-31; Ap 20:1-7).

SEGUNDA VENIDA DE JESÚS

En la segunda venida de nuestro Señor Jesús, Él regresará a la tierra en forma personal y visible (Ap 1:7), con toda Su gloria y poder para reinar y gobernar sobre la tierra. Con Su regreso, la creación actual dará paso al establecimiento del Reino Eterno (Ap 21, 22). También creemos en una gran cosecha de almas en los últimos tiempos y el levantamiento de una Iglesia que experimentará unidad, pureza y poder sin precedentes del Espíritu Santo (Hch 2:17-21). Antes de Su venida Su Novia (la Iglesia) se prepara de manera victoriosa para Su venida (Jn 3:29; Ap 19:7-8).

Habrá un juicio final en el que los impíos muertos serán resucitados y juzgados según sus obras. El que no se halle inscrito en el Libro de la Vida, juntamente con el diablo y sus ángeles, la bestia y el falso profeta, será enviado al castigo eterno en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda (Ap 20:10-15).

Nosotros, según Su promesa, esperamos cielos nuevos y una tierra nueva en los cuales mora la justicia.” (2 Pe 3:13).

bottom of page